Luego de un año sin salas de conciertos, los músicos encontraron una forma ingeniosa de llevar su arte al público: las "vitrinas musicales".
A un año del cierre de las salas de conciertos, en Nueva York hay una luz de esperanza.
Músicos de todos los géneros están realizando conciertos improvisados para transeúntes en el Upper West Side de Manhattan.
Fue la primera vez en un año que el chelista Michael Katz pudo tocar con un acompañamiento de piano. “Poder llevar la música a la gente como lo hicimos hoy es algo realmente único y especial", indicó a AFP.
Las "vitrinas musicales" son una oportunidad para interactuar con un público, aún si son un puñado y los ven a través del vidrio desde la acera y no sentados en gran número en alguna de las famosas salas de concierto de la ciudad.
La ubicación de los shows no se difunde, para evitar aglomeraciones, pero la serie de conciertos, que empezó en el invierno boreal, seguirá hasta la primavera, por lo que los neoyorquinos pueden verse sorprendidos por el espectáculo andando por la calle. AFP
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