4 de noviembre de 2024 - 18:01 Las inundaciones que azotaron la región de Valencia han dejado un saldo de al menos 217 fallecidos y cientos de desaparecidos, mientras los esfuerzos de rescate se concentran en aparcamientos subterráneos y zonas devastadas. Las autoridades se enfrentan a una compleja y sombría operación de búsqueda, en un escenario donde se teme que el número de víctimas mortales aumente considerablemente.
El impacto en la comunidad valenciana ha sido abrumador, tanto que la Unidad Militar de Emergencias (UME) ha previsto una morgue con capacidad para hasta 400 cuerpos, tal como informó su jefe, el general Javier Marcos, en una conferencia de prensa en Madrid. Marcos subrayó la necesidad de un espacio adecuado para preservar la dignidad de las víctimas, dado que muchas de ellas han sido encontradas en condiciones extremas.
Entre los puntos críticos se encuentra el centro comercial Bonaire, en la localidad de Aldaia. Este complejo, particularmente en su aparcamiento subterráneo, permanece inundado con millones de litros de agua, dificultando la labor de los equipos de rescate. Aunque los buzos lograron inspeccionar algunos vehículos en el área, aún no se han encontrado cuerpos en los primeros 50 automóviles revisados.
Las emociones en la región son intensas, y la frustración de los residentes fue evidente cuando los reyes de España, Felipe VI y Letizia, así como el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, y el jefe de la región de Valencia, Carlos Mazón, fueron recibidos con insultos y lanzamiento de barro durante su visita a Paiporta, una de las localidades afectadas.
El sistema de alertas también ha sido cuestionado. Muchos residentes señalaron la falta de información adecuada antes del desastre, que tomó a la población por sorpresa. Teresa Gisbert, una vecina de Sedaví, expresó su tristeza al contar cómo perdió todo debido a la inundación. "Decían 'alarma por agua', pero tenían que haber dicho que era una riada", reclamó, lamentando la falta de advertencias claras y oportunas.
Mientras la región de Valencia intenta recuperarse del golpe, el norte de España, especialmente Barcelona, enfrenta su propia alerta roja por lluvias intensas. Las tormentas en Barcelona provocaron la suspensión temporal del tráfico de trenes de cercanías y la cancelación de 153 vuelos, profundizando la crisis meteorológica que mantiene en vilo a España.
AFP