Milán prohibió que se pueda fumar en las calles

La prohibición abarca calles, parques y otros lugares públicos, con la única excepción de áreas aisladas donde se pueda mantener una distancia de al menos diez metros entre las personas. Quienes incumplan la normativa se enfrentarán a multas de entre 40 y 240 euros (41,6 y 249,6 dólares). Los cigarrillos electrónicos, por su parte, están exentos de esta restricción.

La medida generó opiniones divididas entre los habitantes de la ciudad. Morgan Ishak, un plomero de 46 años, expresó su descontento calificando la normativa de "excesiva" al considerar que limita la libertad individual. Por otro lado, Stellina Maria Rita Lombardo, una trabajadora de 56 años en un liceo, celebró la iniciativa, argumentando que fumar contribuye a la contaminación en un contexto marcado por el cambio climático.

Milán ya había implementado restricciones al tabaco desde 2021, prohibiendo fumar en áreas verdes, estaciones de transporte público y zonas de juegos infantiles, salvo cuando se podía respetar una distancia de seguridad de diez metros.

Italia comenzó su lucha contra el tabaquismo en 1975, prohibiendo inicialmente fumar en transportes públicos. En 2005, amplió esta medida a todos los espacios públicos cerrados. Según datos de 2023 del Instituto Nacional de Estadística (Istat), casi uno de cada cinco italianos fuma, y el tabaco provoca aproximadamente 93.000 muertes anuales.

La prohibición en Milán se alinea con una tendencia global para erradicar el consumo de tabaco. En 2022, México implementó restricciones similares en algunos barrios del centro histórico. En el Reino Unido, un proyecto de ley busca prohibir la venta de cigarrillos a personas nacidas después de 2009 y extender las restricciones a espacios públicos cercanos a escuelas y hospitales.

Con estas acciones, las autoridades buscan reducir el impacto del tabaco en la salud pública y el medio ambiente, especialmente en ciudades afectadas por altos niveles de contaminación como Milán.

AFP