Un Tribunal argentino condenó este martes a 12 años de prisión a Leonardo Cositorto, el fundador de Generación Zoe, por los delitos de estafa y asociación ilícita en la provincia de Corrientes.
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SUSCRIBITEEn las últimas horas el líder de la megaestafa piramidal, Leonardo Cositorto, fue condenado a 12 años de prisión.
Un Tribunal argentino condenó este martes a 12 años de prisión a Leonardo Cositorto, el fundador de Generación Zoe, por los delitos de estafa y asociación ilícita en la provincia de Corrientes.
El viernes los jueces Ricardo Carbajal, Jorge Carbone y Julio Duarte ya lo habían declarado culpable pero en las últimas horas se conoció la pena que deberá cumplir el líder del grupo y, además, sentenció a sus socios, Miguel Ángel Echegaray, Maximiliano Javier Batista y Lucas Damián Camelino a 8 años de cárcel.
Si bien la condena no quedó firme, y las defensas de los imputados pueden apelar el fallo, Cositorto deberá volver a la prisión de Bower, en Córdoba, donde estaba detenido antes de que comenzara el juicio.
En sus últimas palabras, antes de escuchar la lectura de la pena por estafa y asociación ilícita, Cositorto se mostró conmocionado y entre lágrimas expresó: “Nunca tuvimos la intención de estafar a nadie”.
En primer lugar, el líder de Generación Zoe se disculpó con el juez Ricardo Carabajal por el exabrupto que tuvo el viernes, cuando fue condenado, y le gritó al Tribunal en reiteradas oportunidades. Es por eso que mientras explicaba los motivos de su enojo, aclaró: “No me levanté en contra de la autoridad, me levanté contra la corrupción, la coima, el soborno y la mentira”, sumó ahora.
El líder de Generación Zoe también pidió que haya una “justicia independiente” y que lo restituyan a una “institución justa” que tenga contemplación por él y sus socios. “Nosotros de acá no nos llevamos ningún dinero”, dijo e insistió sobre su inocencia.
Sobre el final, Cositorto manifestó: “Jamás tuvimos la intención de estafar a nadie, siempre pensamos en grande, pero siempre nos mantuvimos sencillos, estudiando”, sumó acerca del accionar por el que fueron condenados él y sus socios.
La empresa era formalmente presentada como una compañía de coaching y liderazgo que, además, ofrecía paquetes de cursos y hasta criptomonedas.
En principio, los clientes eran atraidos para firmar un contrato a cambio de servicios de coaching ontológico, espiritual y educación financiera.
La gente que se sumaba a la organización invertía sus dólares y recibía una renta mensual, que estaba por encima de los beneficios que suelen dejar otro tipo de inversiones. Además se advertía a la gente que esa ganancia garantizada podía crecer si la persona presenta dos, tres o más "inversionistas" a la red. Es decir, se trató de una estafa piramidal que tuvo miles de víctimas en Argentina y también varias decenas de uruguayos denunciaron haber sido estafados.
Con información de TN
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